Sentidos o Razonamiento ¿Realmente sentir y pensar son tan diferentes? - Sensus Cultura

Sentidos o Razonamiento ¿Realmente sentir y pensar son tan diferentes?

Ingrid Cárdenas

La percepción y los sentidos, considerados procesos inferiores al pensamiento, redefinen su papel en la construcción de la realidad

Durante siglos, se ha creído que percibir es únicamente un acto pasivo: la mera acumulación de estímulos captados por los sentidos y guardados en algún rincón de la memoria. Sin embargo, nada podría estar más lejos de la realidad. Esta idea errónea, que ha perdurado a lo largo del tiempo, ha sido refutada gracias a un descubrimiento revolucionario: la percepción y el pensamiento no solo están interconectados, sino que trabajan al unísono en un proceso continuo y profundamente enriquecedor.

También se ha sostenido por siglos la noción de que percibir por medio de los sentidos y razonar son procesos independientes, cada uno cumpliendo su función sin relación alguna con el otro. Se ha llegado incluso a considerar que la percepción es una actividad mental inferior, una tarea automatizada que poco tiene que ver con la profundidad del pensamiento. Sin embargo, ¿y si esta separación entre percepción y pensamiento fuera una trampa de nuestro entendimiento? ¿Y si el acto de percibir fuera tan profundo y complejo como el mismo acto de razonar?

Detalle de «Naturaleza Muerta con Tablero de Ajedrez» o «Los 5 Sentidos» Lubin Baugin, 1663 | Museo de Louvre, ParísDetalle de «Naturaleza Muerta con Tablero de Ajedrez» o «Los 5 Sentidos» Lubin Baugin, 1663 | Museo de Louvre, París

La percepción y la revolución de la psicología

Esta nueva comprensión de los sentidos y la percepción no surgió hasta hace relativamente poco. La psicología, una ciencia relativamente joven, ha logrado cuestionar y hasta desmoronar muchas de las ideas que se tenían como verdades universales. Antes, la filosofía era la encargada de explorar los misterios de la mente humana y el universo. Los grandes pensadores dedicaban su vida a intentar desentrañar estos enigmas. Pero la psicología, al apoyarse en métodos empíricos y en la experimentación, ha permitido observar la mente humana de una manera completamente diferente. Uno de los grandes mitos que esta disciplina ha derrumbado es precisamente la percepción como un simple almacenamiento de estímulos.

Durante milenios, el consenso se inclinó hacia la idea de que percibir era un proceso meramente acumulativo, que consistía en recopilar estímulos sensoriales como imágenes, olores, sabores, sonidos y texturas para luego ordenarlos y clasificarlos. En otras palabras, se creía que nuestra mente funcionaba como un archivo donde cada experiencia se almacenaba sin más. Esta perspectiva, heredada desde la antigua Grecia, fue puesta en duda menos de un siglo atrás, cuando se empezó a estudiar cómo los patrones mentales y las experiencias previas influyen en la forma en que percibimos el mundo.

Uno de los pioneros en este ámbito, el psicólogo y teórico del arte Rudolf Arnheim, propuso que la percepción es, en realidad, un proceso moldeado por nuestras experiencias pasadas. Cada persona, planteaba Arnheim, percibe el mundo de manera única, ya que cada uno de nosotros lleva consigo un bagaje de vivencias, recuerdos y asociaciones que se filtran en la percepción actual. Así, percibir no es un acto pasivo, sino uno dinámico y creativo, donde cada estímulo es procesado a través del prisma de la experiencia previa.

El poder evocador de los sentidos: el ejemplo de la memoria olfativa

Entre los cinco sentidos, el olfato es quizá el que más fuertemente conecta la percepción con la memoria. Un simple olor puede evocar con precisión un lugar, un momento o incluso una emoción pasada, de una manera tan vívida que se siente como una puerta abierta al pasado. Este fenómeno demuestra que la percepción está profundamente entrelazada con la memoria y que cada experiencia sensorial es interpretada a través de los recuerdos que llevamos. Cada vez que percibimos un aroma familiar, no solo captamos su esencia, sino que lo relacionamos automáticamente con una experiencia vivida; no lo percibimos de la misma manera que lo hicimos la primera vez, sino a través del lente de nuestra historia personal.

La percepción en la lectura: el lector como protagonista

La percepción se extiende también al acto de leer. Los escritores suelen describir al lector como el verdadero protagonista de sus obras, ya que cada lector interpreta el texto de una manera única. La lectura no es solo un ejercicio de decodificación de palabras, sino un diálogo en el que el lector aporta sus propias experiencias, vivencias y percepciones previas. Así, un texto nunca dice exactamente lo que el autor quiso comunicar, sino lo que el lector entiende a partir de sus propias asociaciones. Es el lector quien le da significado al texto, entrelazándolo con sus recuerdos y emociones.

Este fenómeno se extiende más allá de la literatura. Cuando varias personas observan un mismo objeto o presencian un mismo evento, cada una se fijará en aspectos distintos, influenciadas por sus experiencias previas y por cómo han percibido situaciones similares. Así, cada interpretación de un mismo estímulo es única, y nuestro cerebro se encarga de integrar estos elementos en un todo coherente y personal.

La percepción y el razonamiento: un proceso simultáneo

A menudo pensamos en la percepción y el razonamiento como procesos que ocurren en momentos diferentes: primero percibimos, luego razonamos. Sin embargo, nuestro cerebro no funciona de una manera tan lineal. En realidad, percibir y razonar son procesos que se producen de manera simultánea. Cuando un estímulo llega a nuestros sentidos, el cerebro lo analiza al instante, conectándolo con nuestras ideas previas y experiencias, para generar una comprensión completa y significativa.

El cerebro procesa la información a una velocidad asombrosa, casi a la velocidad de la luz, debido a que es un órgano compuesto por electricidad pura. Esta velocidad permite que cada estímulo se razone y se conecte inmediatamente con otros elementos de nuestra mente, sin separación temporal. Así, percibir y razonar son dos caras de una misma moneda, y ambos procesos están en constante interacción.

La Gestalt: percepción y pensamiento como un todo

La psicología de la Gestalt, una corriente clave en la comprensión de la percepción humana, nos ofrece una perspectiva invaluable. En lugar de separar percepción y pensamiento como procesos distintos, la Gestalt los entiende como partes de un mismo fenómeno. Esta corriente sostiene que el ser humano no solo percibe objetos de forma aislada, sino que los percibe en relación con otros objetos y con el contexto que los rodea.

Además, la Gestalt introduce una idea revolucionaria: no solo percibimos los objetos como tales, sino también los espacios vacíos que estos generan. La percepción es, entonces, un acto totalizador que considera no solo los elementos presentes, sino también aquellos que están ausentes, pero que son necesarios para construir una imagen completa de la realidad.

La percepción como ventana a la mente humana

La percepción, lejos de ser un proceso mental de segundo nivel, es una ventana privilegiada a la mente humana. Es a través de la percepción que construimos nuestra realidad, interpretamos el mundo y conectamos con nuestro entorno. Cada estímulo que captamos es moldeado por las experiencias previas, y cada interpretación es una síntesis de nuestros recuerdos, emociones y pensamientos. La percepción es un acto creativo que revela tanto de nosotros como de aquello que percibimos.

Comprender la percepción desde esta perspectiva no solo nos permite entender mejor nuestra mente, sino que nos ayuda a reconocer la riqueza de la experiencia humana. Al abrirnos a la idea de que cada persona percibe el mundo de una manera única, también nos abrimos a la posibilidad de ver el mundo con nuevos ojos, de descubrir la complejidad de nuestra propia percepción y de apreciar la inmensa riqueza que cada individuo aporta a la interpretación de la realidad.

ALGUNOS ENLACES

Rudolph Arnheim - Arte y Percepción visual.PDF

ÍNDICE

La percepción, y su papel fundamental en la construcción de la realidad
La percepción y la revolución de la psicología
El poder evocador de los sentidos: el ejemplo de la memoria olfativa
La percepción en la lectura: el lector como protagonista
La percepción y el razonamiento: un proceso simultáneo
La Gestalt: percepción y pensamiento como un todo
La percepción como ventana a la mente humana

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Filosofía del Arte Moderno

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Ingrid Cárdenas
Historiadora de Arte
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Desde hace 30 años ejerzo mi pasión: la divulgación del arte, la historia y la cultura